
La carta que revela el amor secreto de Cristóbal Colón hacia Isabel la Católica
El libro escrito por Estelle Irizarry desvela una historia pasional en la que el almirante remitía sus misivas a Doña Juana de la Torre, ama de llaves de la reina, para que se las entregara sin que su esposo Fernando sospechara.
LA BARRERA DE LA CORONA
Actualizado 16 febrero 2012 Ampliar el textoReducir el textoImprimir este artículoCorregir este artículoEnviar a un amigo
A la polémica y enigmas que rodea la figura de Cristóbal Colón se uniría ahora un sorprendente eslabón, su admiración primero y luego amor por la reina Isabel la Católica.
Es la tesis que mantiene Estelle Irizarry, profesora de la Universidad de Georgetown, en su libro La carta de amor de Cristóbal a la Reina Isabel, en el que se revelan detalles sobre una misiva del almirante. Se desconoce si el texto llego a las manos de la reina pero revela un sentimiento que había permanecido oculto.
"Las llaves de mi voluntad yo se las di en Barcelona", relata la carta, escrita en 1501 en perfecto español con algunas fórmulas ladinas, la lengua propia de los judíos sefardíes. Estelle Irizarry, experta investigadora de la figura de Cristóbal Colón, explica que esta es una fórmula con claras intenciones amorosas y con connotaciones eróticas.
Las complicadas relaciones sociales existentes a finales del siglo XV y principios del XVI ayudan a comprender por qué Colón no le escribía directamente a Isabel la Católica, pese a que él, como virrey y gobernador general de las Indias al servicio de la Corona de Castilla, pudiera tener potestad para ello.
Es por esa razón por la que el almirante escribió las cartas a nombre de Doña Juana de la Torre, ama de llaves de la reina, pero con el remitente final para su amada. Así lo describe Irizarry en su obra, quien sostiene que Colón no quería tener problemas con la Corona y por eso utilizó fórmulas sosegadas como "Yo soy de continuo pensando en su descanso".
Una de las claves que ayudan a comprender el significado amoroso de la misiva es el destinatario. En anteriores cartas en las que se recogen asuntos de gobernación de las Indias el remitente es en plural, dirigido a los Reyes Católicos. Sin embargo, el texto analizado por Irizarry, en un tono mucho más personal y afectuoso, está dirigido tan sólo a la reina Isabel.
Otra versión:No he descubierto ningún manuscrito perdido; solamente he leído los que todos conocen, pero con mucha atención y consultando libros y artículos. Estas páginas parten de una sola carta escrita por la mano del Almirante Cristóbal Colón, una carta única porque no se conserva otra autógrafa dirigida a la Reina Isabel solamente y se distingue de las demás comunicaciones de Colón, que van dirigidas a las “Altezas”, la Reina y el Rey, cuya designación se condensa a “los Reyes Católicos”.
Es única también porque parece ser una carta de amor. Digo “parece” porque en general no ha sido tenida por tal. De hecho, fuera de su procedencia, no se sabe nada de la carta, si llegó a su destinataria y ni siquiera su fecha. ¿Qué puede decirnos una carta huérfana así?
¿Se amaron acaso los protagonistas de este presunto drama epistolar?
¿Y pasó algo? O ¿podemos afirmar con certeza que aquí no pasó nada La carta es parte de una red compuesta de ella y otras comunicaciones redactadas por Colón, que se iluminan mutuamente, y que en conjunto y en partes pueden hablarnos desde el pasado, aun cuando es un pasado lejano. Los documentos hablan, se complementan y se relacionan entre sí. Se apoyan y nos tiran hilos que recogen y confirman información que llega de otras fuentes. A veces un documento empieza de una manera y cambia de rumbo. La historia que se va formando a base de los escritos es parecida a una novela detectivesca epistolar. Recomponemos los trozos de un rompecabezas que están dispersos, sucesos aludidos en otros textos escritos por Colón.
La perspectiva que adoptamos es la del curioso lector que encuentra una carta ajena en la que procura averiguar o verificar las circunstancias del autor-remitente cuya biografía hasta el momento tiene grandes lagunas. No sabemos si la carta fue enviada ni leída, pues no se le conoce ninguna respuesta ni sabemos su disposición. No hay más remedio que interrogar a otros documentos en su momento. Si nos referimos a otros autores, obras y géneros, es porque la literaturización de la carta permite contemplarla como única o examinarla bajo la luz de formas y modalidades colectivas que estén o que hayan estado en boga. La recepción de la carta ya no le toca a su destinataria original, sino a quien la tenga delante, y depende de si se lee con la óptica de hoy o la de su época. Si es una carta de amor, ¿es amor platónico, romántico o amor cortés? El lector de hoy, recogiendo pistas en la correspondencia de Colón, es un detective que se dedica con toda probidad a aclarar el alcance y significación de este episodio de la vida sentimental de Cristóbal Colón. VERSIÓN:http://esefarad.com/?p=30446


No hay comentarios:
Publicar un comentario